No tengo la fórmula para que puedas decirle adiós a tu jefe mañana mismo pero sí para que trabajes y te parezca que no lo haces.
«Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida.» Confucio
Y ¿cómo se elige un trabajo que te guste? ¿Qué requisitos tiene que tener para que te haga sentir realizado y te parezca que no estás trabajando?
Según Roman Krznaric cofundador de The School of Life, un trabajo que nos realiza debe cumplir 3 requisitos:
- Fluir
- Libertad
- Dar sentido
Fluir: podríamos definir el concepto “fluir” asociado al trabajo, como aquella sensación de estar completamente inmerso en la tarea que nos ocupa, hasta el punto de perder de vista el reloj. Realizar el trabajo con plena atención e interés, a la vez que disfrutamos y estamos totalmente concentrados en lo que estamos haciendo.
Para descubrir con qué actividades fluyes, piensa en las que haces sin que nadie te lo pida; a qué tareas te gusta dedicarte aunque no cobres por ellas. Si aun así, no se te ocurre cuáles son, puedes practicar un ejercicio sencillo: lleva un “Diario del fluir”, donde, durante un mes vayas anotando todas las actividades con las que has disfrutado, con las que te has sentido fluir.
Pero cuidado, no es el único elemento para que un trabajo tenga sentido. Podría pasar que nos entregásemos a actividades en las que fluimos y no nos sintamos realizados porque no estén alineadas con nuestros valores o no expresen nuestras pasiones. Necesitamos tanto fluir como libertad y sentido.
Y aquí llegamos al segundo requisito que es la libertad.
Tenemos que ver cómo equilibrar nuestros dos deseos: seguridad y libertad. La mayoría queremos una cierta seguridad, sobretodo en épocas de incertidumbre económica, pero los psicólogos han observado que la satisfacción en el trabajo está directamente relacionada con la autonomía y la cantidad de tiempo diario que los trabajadores se sienten libres de tomar sus propias decisiones.
El tercer requisito es realizar un trabajo con sentido. Y en este punto parece que son 5 los aspectos que confieren sentido a nuestra labor:
- Ganar dinero
- Conseguir estatus
- Dejar huella
- Seguir nuestras pasiones
- Poner en práctica nuestras habilidades
Si nuestro trabajo nos proporciona alguna de estas satisfacciones o más de una, sentiremos que estamos ocupándonos en una tarea con sentido.
Aunque todas y cada una de las motivaciones anteriores son válidas, parece ser que las dos primeras: ganar dinero y conseguir estatus, no suponen un motivo de realización a largo plazo. Es decir, trabajar únicamente para ganar dinero o ser reconocido por nuestro estatus, a la larga no nos hará sentirnos felices en nuestro trabajo. Mientras que los 3 últimos: dejar huella, seguir nuestras pasiones o poner en práctica nuestras habilidades, pueden proporcionarnos bienestar todo el tiempo que nos dediquemos a cultivar nuestra vocación.
Krznaric explica que un ejemplo de ocupación con sentido lo podemos encontrar en el poeta norteamericano Wallace Stevens, quién trabajaba por las mañanas en una compañía de seguros y por las tardes escribía poesía. Consideraba su verdadero oficio el de poeta.
Stevens ganó el premio Pulitzer en 1955 y le ofrecieron una cátedra en Harvard, que le hubiese permitido vivir de la poesía y dejar su trabajo en la compañía de seguros, pero la rechazó porque no quiso renunciar a su independencia.
¡Ojo! Con convertir un hobby en nuestra profesión, quizás acabemos aburriéndolo. Y al revés, si nos dedicamos a un hobby con profesionalidad y constancia, puede proporcionarnos todas las recompensas de un trabajo con sentido.
Aunque no ganó dinero con ello, este poeta, obtuvo reconocimiento social (estatus), puso en práctica una de sus habilidades, dejó un legado y siguió una de sus pasiones.
¿Qué actividades con las que disfrutas quieres potenciar más en tu vida?
¿Pueden convertirse en tu profesión?
¿Encuentras algún trabajo relacionado con ellas?